"El hombre de talento es naturalmente inclinado a la crítica, porque ve más cosas que otros hombres y las ve mejor." MONTESQUIEU.
Coincidiendo con el 200 aniversario del Museo del Prado, mi idolatrado Juan Eslava Galán ha escrito esta obra en la que realiza, con su habitual erudición y humor cáustico, un paseo por la mayor pinacoteca del mundo dedicándose, especialmente, a glosar los cuadros dedicados a nuestros apadrinados.
Y diréis, ¿quiénes son? Pues igual que se apadrina a un niño del tercer mundo, los españoles, desde hace varios siglos, venimos apadrinando a unos niños, y no tan niños, apellidados Austria, Habsburgo y Borbón.
Como este tío es un poco cabrón escribiendo, se centra en sus rasgos más característicos: la nariz "borbónica", el belfo caído, y que la mayoría de ellos eran más calientes que una estufa.
Así que entre Carlos, Felipes, Fernandos y Alfonsos va desarrollándose el libro, dedicando cada capítulo a un retrato de nuestro apadrinado correspondiente, y haciendo después una semblanza de sus sucesivas cónyuges (no os creáis que estos eran de los que guardaban mucho el luto, no).
En definitiva, dentro de lo muy bueno de este autor, de lo mejorcito.
Por cierto, esta crítica va dedicada a mi compañera Nieves, que sé que es asidua de mis comentarios tuiteros :)
He de reconocer una debilidad. Me dejo guiar demasiado por las portadas de los libros. Sobre todo, si en esa portada aparece entrecomillada una recomendación de alguien. Los editores ingleses y americanos son muy dados a ello (ahora parece ser que la moda se ha importado aquí, igual que el Halloween y cualquier día la chorrada esa de Acción de Gracias). Bueno, pues yo es leer "gripping" o "unexpected twist" y me lanzo con fruición al libro. En este caso, el comentario era mucho mejor: "El libro del que todo el mundo hablará el año que viene". Y pensé: yo no me espero al año que viene.
Pues me podía haber esperado tan ricamente al año que viene o al 2070. La cuestión es que el argumento es bueno: en un país desconocido, en una manifestación estudiantil, una joven (llamémosla X) es atropellada por un autobús. Y Lena (llamémosla Tania Sánchez) cree que el autor de la muerte es Viktor (llamémosle Pablo Iglesias), un político joven que a base de demagogia ha conseguido un puesto destacado en su partido, e incluso se postula para la presidencia (no sabemos si chalet hipo-hipotecado mediante). Junto a Lena-Tania se encuentra Olga (llamémosla Manuela Carmena), dueña de una librería que vende maría de tapadillo, y que cree a pies juntillas la versión de Lena.
Hasta ahí, muy bien. Pero aquí la autora se crece. Sí, porque ese es un pecado de los escritores: pensar que todos son Vargas Llosa. O Jessica Fletcher. Y no, esta es una pobre mortal, que pretende que intercalando monólogos de la tal Olga con un tal "S", parece que ya fallecido, y metiendo además una especie de obra de teatro entre medias (teatro del absurdo, por cierto), sin ningún interés, va a hacer de su librito una obra maestra. Y en lo que se ha quedado es en sujetapapeles o alzamesas, poco más.
Un verdadero rollo. Lo he tenido que dejar a mitad, porque de verdad que es difícil escribir con menos tensión argumentativa.
La novela cuenta la historia de Frances Shore, una cartógrafa que se traslada a vivir a Arabia Saudí porque a su marido, ingeniero de una empresa británica, lo han destinado allí y le pagan un pastizal.
Lo que se supone que da misterio al asunto es que, el piso de arriba de donde ella vive, lo utiliza una pareja para sus encuentros clandestinos. Pero eso es lo que hemos averiguado casi llegados a la mitad del libro...
Vamos, que hay que escribir con un poco más de brío.
Interesante libro de divulgación, en este caso dedicado a la gramática y, concretamente, a la puntuación. Parte de una anécdota atribuida a Carlos V, según la cual, cambió el sentido de una sentencia de muerte con sólo mover una coma de sitio.
Entretenido, con numerosos ejemplos, actuales y antiguos, del uso de los signos de puntuación en castellano y su evolución a lo largo del tiempo.
Pues vamos con esta novelita, que me ha gustado bastante. Tom Jeffries, un adolescente bastante capullo, desaparece durante una excursión con un grupo de amigos. Al cabo de un año, su cadáver es encontrado en la zona donde desapareció (una antigua mina llena de grietas, arenas movedizas y demás trampas ponzoñosas).
Scott King es un periodista que, 20 años después (los hechos ocurrieron en 1996), realiza un reportaje sobre aquél misterioso suceso. Mediante el uso de podcast, 6 de los protagonistas cuentan la historia según su punto de vista.
Muy entretenida. No pierde el ritmo y el final está muy logrado.
Novela precedida de una fama casi extraplanetaria en la zona mundial de habla guiri, que a mí me ha decepcionado bastante, y la he finiquitado al 66%. El argumento es, eso es cierto, muy original: en una casa de campo inglesa, se celebra un baile para conmemorar el regreso de Evelyn, la hija de la familia que ha estado viviendo en París unos años.
En esta casa aparece invitado Aiden Bishop. ¿Por qué? Ni él lo sabe. Pero la cuestión es que está viviendo una especie de "día de la marmota", con alguna particularidad. Cada día se despierta ocupando el cuerpo de uno de los invitados, y tiene exactamente 8 días para averiguar quién es el asesino de Evelyn (que muere cada noche). Si no lo consigue, nunca podrá salir de la casa, y quedará allí en bucle infinito.
Como digo, la historia es original, pero extremadamente confusa, porque aparecen personajes que tampoco se sabe qué papel juegan: Anna (una doncella que parece una cosa y es otra), el Doctor Plague (que és el que le va explicando a Bishop su papel en la historia) y el "footman", que intenta cargarse a los "anfitriones" de Bishop para que no consiga su objetivo.
En definitiva, que mira que le he dado oportunidades, pero no. A casa,
¿Qué pensaríais de mí, si os dijera que he leído un libro de una poetisa polaca que ganó el Nóbel en 1996? Pues diríais, uy, qué tío más leído y listo y sensible que le gusta la poesía polaca de finales del siglo XX. Vosotros que pensábais que yo sólo veía los partidos de segunda división y "Ven a cenar conmigo", quedaríais extasiados tras esta revelación.
Pues abandonad toda esperanza de encontrar en mí a un amante de la poesía. He leído, efectivamente, el librito de esta señora, que esconde bajo ese rostro de viejecita venerable una pluma venenosa como el colmillo de una mamba negra (qué bien traída me ha quedado la metáfora).
Da en ser que esta señora era en su día editora de una revista en Polonia (la auténtica, no la de Tururull), y sistemáticamente en la redacción recibían todo tipo de escritos, en prosa y verso, de aspirantes a premio Nóbel. Pues este libro recopila las contestaciones que esta señora les remitía. Con algunas, lo prometo, he llorado de risa.
Asi que, directiro, al Salón de la Fama.
De vez en cuando, me da por leer cosas que de antemano sé que no me van a hacer mucha gracia. Ya, ya sé que podría pasar perfectamente sin ellas, pero no sé, me pica la curiosidad.
Este es el caso de la novela que comento hoy, todo un best-seller en UK. Conozcamos a Eleanor Oliphant, una treintañera, contable de una empresa de diseño, y algo antisocial. Tuvo una infancia bastante ajetreada, y como consecuencia tiene para de la cara quemada.
La novela comienza con la prota que se enamora de un cantante de rock al que ve por casualidad en un concierto. Al mismo tiempo, y más prosaicamente, ella y su compañero Raymond (al vent... la cara al vent...) son testigos del accidente que sufre un abuelete al salir del supermercado, y se involucran en su traslado hospitalario y posterior convalecencia (hasta el fallecimiento por otras causas, por cierto).
Pues las 336 paginitas transcurren desde el enamoramiento al desenamoramiento del cantante, del no tolero a Raymond (al vent... la cara al vent...) a me mola que esté a mi lado, con el contrapunto del personaje de su madre, que se suponía que hablaba con ella todos los miércoles pero resulta que no porque si falleció en el incendio (provocado por ella misma, asín de mala era) en el que Eleanor resultó quemada.
Una mezcla entre Bridget Jones y cualquier novela de Marian Keyes. Con 100 paginitas menos se hubiera hecho acreedora, probablemente, a media estrellita más, pero no pasaría de ahí.
No la recomiendo.
Pocos personajes tan mezquinos he encontrado en los libros que he leído últimamente, como la tal Louise, encargada de cuidar de los niños del matrimonio Massé. La historia, pese a que no tiene demasiado de novedoso (la típica niñera que al principio es fantástica y que luego resulta que ya no lo es tanto), está muy bien construida de principio a fin.
Sin duda, de lo más recomendable.
Como ya comenté en otra ocasión, los libros que vienen precedidos de una fama importante luego resultan ser un fiasco importante, y los bauticé como "Negredos". Esta no está en dicha categoría, porque su rendimiento es correcto.
James Whitehouse, ministro "junior" del gobierno británico, es acusado de haber violado a una ayudante suya con la que tenía una relación de afectividad análoga a la del cónyuge. La fiscal del caso, Kate Woodstock, resulta ser una chica que estudiaba en Oxford en la misma época que James, y a la que violó en 1993, cuando ella estudiaba literatura inglesa. Lo que pasa es que después de ese incidente dejó Oxford, se fue a Liverpool, estudió derecho y se hizo fiscal. Y, claro, le tiene ganas.
Pues eso, novela correcta. Tiene en contra que es muy larga (con 250 páginas de las 400 va que se mata), y que la autora es periodista. Que no es que tenga nada contra ellos, pero tienen tendencia a describir demasiado lo que ya conocen. Y, claro, se hace bola.
Si cae en vuestras manos se puede leer, pero no vale la pena pagar por él.
De lo más original que he leído en mucho tiempo. Como si fuera una película de los hermanos Cohen, nos encontramos con una historia que cruza la vida de varios personajes, que en principio no deberían tener relación entre ellos, y que al final acaban todos enredados en la trama.
La acción se desarrolla en el Causse, una región (se supone que de Francia), y comienza con un clásico: una mujer, Evelyne Ducat, ha desaparecido. Hasta ahí, todo normal. Pero la cosa empieza a compicarse cuando se empiezan a destapar las relaciones de la desaparecida con una asistenta social, su marido, un granjero, una hippie friki y alguno más que no desvelaré.
Interesante de principio a fin. Directamente al salón de la fama.
Tengo que reconocer que, cualquier cosa que venga provista de cierto halo de expectación, me da algo de repelús. Me pasó con "Los hombre que no amaban a las mujeres", que como todo el mundo lo leía en aquella época (finales del 2008), yo me resistía (error), y me pasó cuando el Valencia fichó al minusválido Negredo (y ahí no me equivoqué).
Pues este caso es similar, porque esta novela lo está petando en UK, y a mí que me daba algo de reparo, a ver si no iba a ser tan buena... Pues lo es. Y mucho.
La trama: En 1986, una pandilla de amigos de un pueblecito de Inglaterra, encuentran el cadáver decapitado de una chica. En 2016, los cinco amigos empiezan a tener noticias relacionadas con aquéllos hechos, y les empieza a entrar el canguelo.
Valoración: pues la novela es muy buena. La historia es compleja, porque entremezcla muchas tramas en dos planos temporales diferentes, pero está muy bien resuelta, puntos muertos ni cabos sueltos. Así que la recomiendo encarecidamente.
Tengo que reconocer que, cualquier cosa que venga provista de cierto halo de expectación, me da algo de repelús. Me pasó con "Los hombre que no amaban a las mujeres", que como todo el mundo lo leía en aquella época (finales del 2008), yo me resistía (error), y me pasó cuando el Valencia fichó al minusválido Negredo (y ahí no me equivoqué).
Pues este caso es similar, porque esta novela lo está petando en UK, y a mí que me daba algo de reparo, a ver si no iba a ser tan buena... Pues lo es. Y mucho.
La trama: En 1986, una pandilla de amigos de un pueblecito de Inglaterra, encuentran el cadáver decapitado de una chica. En 2016, los cinco amigos empiezan a tener noticias relacionadas con aquéllos hechos, y les empieza a entrar el canguelo.
Valoración: pues la novela es muy buena. La historia es compleja, porque entremezcla muchas tramas en dos planos temporales diferentes, pero está muy bien resuelta, puntos muertos ni cabos sueltos. Así que la recomiendo encarecidamente.
Sabida es mi predilección por este autor, pese a que tiene alguna novelita que no me gustó tanto, desde su memorable "En busca del unicornio" (Premio Planeta, 1987). En este caso vuelve a la divulgación, croquetamente de episodios la mar de interesantes de la historia de España, que tanto genio y tanto imbécil ha dado al mundo. Muy de entretener e ilustrar a la vez.